
Málaga es una ciudad preciosa como pocas, evocadora de mil sentimientos ¿y por qué tantos malagueños no la quieren y respetan? No lo entiendo. Un detalle: hace solo un momento, antes de entrar a la oficina, me encuentro con que alguien tiró una botella de plástico vacía a sólo 2 metros de una papelera. Me he agachado, la he recogido y la he tirado al cubo. ¿Tanto trabajo cuesta querer nuestras calles?.
Espero que un día todo esto cambie a mejor de una vez, pero, aunque exista esa falta de educación en tantos niveles, lo que no se puede obviar es su gran fotogenia, esta ciudad siempre sale bien en fotos, nunca me canso de fotografiar sus calles y vistas.
En resumen, creo que la quiero mucho y quizás por ello me duele tanto algunas cosas.
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