Tiempo, quizás el termino del que somos más esclavos, siempre lo buscamos y cuando lo tenemos se nos va de las manos como arena entre los dedos, como ese beso en la mejilla que se va secando hasta que ya no lo sientes. Yo no hago otra cosa que buscar tiempo para hacer cosas, cosas que valgan la pena y también para darlo a los demás. Tantos planes, sueños y proyectos que se nos quedan el el tintero, en muchas ocasiones, por culpa de esta palabra pero cuantas cosas hacemos, vemos, sentimos y soñamos gracias a ella.
Si hay algo que nos da la fotografía es recordar el tiempo y mostrarnos su paso. Como ya dije en otra entrada anterior, unos simples pasos en la arena de la playa, algo temporal, gracias a una foto, pueden durar siglos, siempre en esa playa, siempre bajo el mismo sol.
Esta imagen me evoca cosas como las que he dicho, este edifico vivió momentos mejores, de gran esplendor, ahora está decrépito, se cae, cristales rotos, hierros oxidados, moho en la pared, pero a pesar de ello me recuerda que fue mejor en el pasado.
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2 comentarios:
ey, me recuerda a este poema de Dulce María Loynaz, poetisa impresionante.
El nombre del poema es ultimos dias de una casa.
Y dice asi...
Me siento ya una casa enferma,
una casa leprosa.
Es necesario que alguien venga
a recoger los mangos que se caen
en el patio y se pierden
sin que nadie les tiente la dulzura.
Es necesario que alguien venga
a cerrar la ventana
del comedor, que se quedó abierta,
y anoche entraron los murciélagos...
Es necesario que alguien venga
a ordenar, a gritar, a cualquier cosa.
OOOOHHHHHHHH, que bonito. Me ha gustado mucho el comentario, mira que buscar un poema y ponerlo.
Me ha impresionado y mucho.
Gracias y un fuerte abrazo.
PD va perfecto para la entrada.
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